Todos esperábamos la pronta recuperación de Augusto, no porque no haya reemplazantes porque Bella lo hizo y muy bien, pero el “negro” hoy por hoy es de lo mejor del equipo de Gareca.
Cuando leíamos la formación y veíamos el 8 y Fernández, seguramente la mayoría sonrió y pensó, ahora sí, vuelven los desbordes y las corridas por la banda derecha buscando cabezas en el área ajena que nos ayuden a ganar la llave, pero nadie pensaba que después de muchos días, el mediocampista iba a volver con un gol que nos diera la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
El pergaminense cambió murmullos e insultos (en los primeros partidos en Vélez) por aplausos y ovaciones de la hinchada velezana, y supo ganarse a cada uno de ellos a fuerza de juego, garra y goles. Con tan solo 26 años es una de las piezas claves para el Tigre, que hay que reconocerle el olfato que tuvo para elegirlo para traerlo al club.
No estuvo al 100 % y se notó, pero alcanzó para lograr el objetivo. Ojalá vuelva a su mejor condición física para que siga demostrando que es el mejor 8 del futbol argentino.
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