Augusto Fernández, que vuelve a ser titular después de 70 días, ya no piensa en Europa.
"Siento que acá todavía me queda mucho", dice y asegura que quiere recuperar su mejor nivel para afirmarse.
Está acostumbrado a los vaivenes. Por rendimiento, por culpa de las lesiones o por ofertas que se truncaron. De la explosión y consolidación de la mano de Passarella pasó al segundo plano del esquema de Simeone, en el que no encontraba su lugar. A pesar de eso se despidió del Monumental y hasta se llevó pasto de recuerdo, pero nunca se fue. Siguió y pareció encaminarse de la mano de Gorosito, pero el tobillo izquierdo lo frenó justo cuando había recuperado continuidad. La distensión en el ligamento interno parecía llevarlo al quirófano. Después lo esquivó, pero debió aguardar 70 días para volver a ser titular. "Hoy puedo decir que tomé la decisión correcta, aunque dudé mucho, incluso durante la recuperación. Porque pasado el mes y medio todavía tenía molestias en el tobillo. Ahora me siento bien, sin dolores, no me quedó ninguna secuela", comenta Augusto Fernández, con la camiseta lista para usarla esta tarde ante Tigre.
-¿Te dio bronca no estar en los momentos más complicados de River?
-Sí, porque me agarró en un buen momento y sentía que podía ser útil. Da mucha bronca y más cuando no salen las cosas.
-¿Para vos son importantes estos tres partidos?
-Obvio. Lo primero es sumar para dejar a River lo más alto que se pueda y en lo personal quiero retomar el nivel que tenía antes de lesionarme.
-¿Pero no estás pensando en la pretemporada?
-También, pero eso será después de estos tres partidos que faltan. Quiero prepararme de la mejor manera para tener un gran segundo semestre.
-¿Entonces ahora no estás pensando en irte?
-No, no. Estos fueron dos meses muy duros, la pasé mal en serio: empezaba a correr y me dolía, se me juntaba líquido... Por todo eso, no me doy margen para pensar más allá, se darán las cosas como se tengan que dar. Ya no me desepero por irme. Me quiero quedar en River porque siento que todavía me queda mucho acá.
-El año pasado te habías ilusionado con el pase y no se dio. ¿Por eso ahora no querés pensar en una transferencia?
-Sí, porque uno crece con la experiencia y más cuando son malas. Estuve a punto de pasar a un club italiano (NdeR: Lazio), tenía un precontrato firmado, no se dio sólo porque no salió el pasaporte y eso me perjudicó. Hay que ser humilde para reconocerlo. Entonces no me desespero. Estoy acá desde el 97, River es mi casa. Obviamente era un paso importante, pero eso me dejó la enseñanza de que las cosas no se dan hasta que no está todo cerrado.
-¿Sentís que todavía no explotaste, que podés rendir mucho más?
-Seguro. Tengo 23 años recién cumplidos y me queda mucho por delante. Tengo mucho para darle a River y ojalá se lo dé pronto.
-Te tocó una época complicada de River. ¿Así se hace difícil jugar?
-Yo estoy en Primera hace cuatro años, en los cuales recién pudimos logar un título el año pasado. Los otros tres años fueron duros... Para jugar en River tenés que soportar la presión, en mi caso estoy desde muy chiquito en el club y considero que puedo llevarla tranquilamente. Pero detrás de toda la presión que significa jugar acá hay que disfrutar tambien, porque estamos en uno de los clubes más grandes del mundo. Eso hay que disfrutarlo, obviamente con responsabilidad.
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