2 abr 2009

"Si tuviera más marca estaria en la Juventus"





Le cuesta esconder esa amplia sonrisa que lo identifica. Está feliz. Pasó un 2008 difícil porque se frustró su transferencia a la Lazio y perdió el nivel que lo había hecho un jugador clave durante la etapa de Passarella, pero en esta primera etapa del 2009 volvió a ser el Augusto Fernández auténtico, ése que encara, que cambia el ritmo, que lastima a los rivales por la banda derecha. Por eso, el Negro sonríe.

-¿Qué influyó para que recuperaras tu nivel?

-Estoy jugando en mi posición natural, donde me moví siempre y tengo que hacer simplemente lo que sé. Obviamente que mi objetivo es seguir mejorando porque recién cumplí 22 años, pero me siento bárbaro. Hice una buena pretemporada y estar bien en lo físico me da mucha confianza. También que el técnico te largue para hacer lo que vos sabés te motiva mucho. Ahora sé que el resto depende de mí.

-¿Con Simeone jugabas incómodo? ¿El esquema 4-2-3-1 no te ayudaba?

-Con Simeone se manejó otra variante táctica en la que el volante por derecha no era muy necesario, a veces era más delantero o defensor que volante. Más allá de eso, no fui regular. También influyó el tema de la venta. Ya tenía un precontrato, todo arreglado, y por ahí nos apresuramos un poco... Hay que ser humilde para reconocer que eso fue un error.

-¿Te molesta cuando se dice que te falta marca?

-Lo que pasa que se habla de que no marco y si vos te fijás las veces que voy y vengo en el partido. Ahora, una cosa es ir y venir y la otra es marcar bien. Por genética, soy más ofensivo: gambeteo, llego al fondo. Tal vez a la hora de marcar no tengo bien en claro algunos conceptos, pero el sacrificio para volver y para seguir al jugador rival lo hago. Por eso digo, un poco en broma, que si además de llegar al área rival supiera marcar, no estaría acá, ya jugaría en Europa. Qué se yo, en la Juventus, je.

-¿Ahumada te entiende o se enoja un poco porque queda demasiado solo?

-Y, con Oscar nos pegamos alguna puteadita, je. Siempre quiero colaborar con él e intento ayudarlo. Pero la historia de River te marca que los dos volantes externos van siempre para adelante y el 5 queda solo. Yo voy para adelante porque me encanta, y entonces a la hora de volver quizá se genera una contra y Oscar tiene que bancársela solo. Entonces es lógico que se fastidie.

-¿No te dan ganas de decirle: "si es tan fácil atacá vos que yo me quedo"?

-No (se ríe, una vez más). Yo lo entiendo, pero que él también me entienda a mí, porque tengo que atacar. Igual, la verdad es que Oscar es un león y a mí me ayuda mucho tener un jugador así al lado. Tampoco hay que relajarse mucho y dejarlo solo: no tiene ocho pulmones.

-¿Tu cuenta pendiente en ataque es el gol?

-Sí, hacer un gol. Llegar, llego. El otro día (ante San Martín) me tapó justo un defensor. Me falta concretar, porque estoy llegando más. Antes iba más por afuera, ahora trato de meterme más en el área y las chances las tuve. Falta que entre, pero tampoco me quiero desesperar. -¿En algunas ocasiones te falta ser egoísta?

-Y... Pero siempre fui igual: más de dar pases que de definir. Y quizás hay veces en los que hay que ser más egoísta. Esa es otra de las tantas cosas que tengo que corregir.

-¿Y el equipo qué tiene que corregir?

-Del equipo rescato la humildad y el buen nivel individual que estamos teniendo todos. Lo que nos falta es encontrar una regularidad en el juego y tratar de cerrar los partidos antes, sin sufrir tanto.

-A pesar de sufrir, ¿esos triunfos ante San Martín y Arsenal marcan un cambio de mentalidad en el equipo?

-Los partidos que más se sufren son los que más se disfrutan al final del torneo. Tenemos que lograr un equilibrio para manejarlos mejor. Lo bueno es que sabemos que cuando las cosas se presentan desfavorables, con el plantel que tenemos no nos podemos rendir. Eso es importante, más allá de si a veces jugamos bien o mal.

-¿Ustedes se exigen jugar siempre bien o con ganar quedan conformes?

-Nosotros queremos ganar. También sabemos que la camiseta de River por historia te exige ganar, jugar bien y hacer 50 goles. Pero a veces no se puede. Y ahí lo importante es ganar.

-¿A River se le pide más que a otros equipos?

-Es el precio de jugar en un club tan grande. Acá el margen de error es demasiado pequeño. Se le exige mucho y nosotros estamos preparados para esa presión. Aunque hay veces que te fastidia un poco que a River se le busque siempre algo.

-¿Te preocupa la situación en la Copa?

-No, preocuparme no porque dependemos de nosotros y cuando uno depende de sí mismo sabe que las posibilidades están. Hay que salir a ganarle a Nacional, confiados, y hacernos sentir en los dos partidos de local que quedan.

-¿Es más determinante el duelo ante Nacional del martes que el partido ante Racing?

-No, para nada. En el torneo tenemos que seguir sumando para que no se nos escape Lanús. Sabemos que Racing es un equipo complicado por las necesidades que tiene, que nos va a ser un planteo duro y que nos va a demandar mucho trabajo ganarle los tres puntos. Pero vamos a ir a buscar un triunfo a Avellaneda para prendernos en la pelea por el título.

-¿Con quién te imaginás que van a pelear?

-Por lo que vi hasta ahora, hay equipos muy irregulares y el torneo es muy parejo, porque muchos pelean por no descender, otros por zafar de la Promoción, varios por la punta. Esa paridad se está reflejando en los resultados. Aunque tenemos claro que falta mucho. En principio, nosotros nos tenemos que ocupar de superar a Racing. Porque todavía no ganamos nada.

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