Paradas Romero y Paco Herrera han lastrado esta tarde al Celta, que se
ha llevado un empate, seguramente inmerecido por el juego y un excesivo
premio al miedo que, una vez más, ha demostrado Paco Herrera. Pero uno
de los grandes culpables de hoy ha sido el colegiado del encuentro, que
mostró un sospechoso doble rasero cuando expulsó a Augusto por una mano
intrascendente, era su segunda amarilla, y no hizo lo mismo con Carlos
Vela. El Celta terminó sin delanteros en el campo y rezando por un
empate que no le saca de pobre.
Paco Herrera decidió apostar por una alineación con tres delanteros,
donde Mario Bermejo actuaba de enganche, sacrificando a Álex López para
ubicar a Krohn y Augusto como escuderos de Borja Oubiña en la medular.
El Celta saltó con buena intención al terreno de juego, pero fue
retrocediendo metros fruto de la presión de la Real Sociedad, que tenía
el balón, pero no acababa de concretar el dominio con ocasiones de gol
claras.
El primero del Celta lo tuvo en sus botas Augusto, que enganchó un buen
disparo desde el área donostiarra pero Bravo estuvo ágil y rechazó el
cuero. A la siguiente no perdonaría el Celta, que logró un bello tanto
después de una pared entre Krohn-Dehli y Iago Aspas que terminó con
remate del danés tras taconazo del moañés. El propio Krohn-Dehli obligó
nuevamente al lucimiento a Bravo con un lanzamiento desde la frontal
que buscaba la escuadra.
Tras el descanso entró Álex López en lugar de Iago Aspas, renqueante
durante los últimos minutos de la primera mitad. Todo cambió a los tres
minutos, cuando Augusto vio la segunda amarilla por una supuesta mano.
El Celta perdía un hombre para toda la segunda mitad. Quedarse con diez
es malo para cualquier equipo, pero si ese equipo lo entrena Paco
Herrera se convierte en trágico. El catalán rememoró su actuación en
Vallecas y optó por meter al equipo atrás, colgados del larguero,
sacando delanteros para meter hombres de contención. Su primera idea fue
sacar a Bermejo para dar entrada a Pranjic, dejando arriba a Park como
una isla.
La Real Sociedad comenzó a dominar de forma descarada el partido
aprovechando que el Celta había cedido muy terreno. Las llegadas se
sucedían, aunque no estaban entonados de cara a puerta. Poco más de diez
minutos duró la resistencia céltica cuando Elustondo cabeceó a la red
un córner. Tras el gol, con empate en el marcador y para sorpresa e
indignación de Balaídos, que silbó notoriamente el cambio, Herrera
retiró a Park Chu Young y dio entrada a Natxo Insa, castrando al Celta
que se quedaba practicamente sin opciones de lograr la victoria.
Con un 4-5-0, en el que Álex se descolgaba como el jugador más avanzado,
poco más pudo hacer el Celta que lograr el empate, que llegó, eso sí,
de auténtico milagro, porque la Real Sociedad generó suficiente peligro
para llevarse la victoria. Unas veces Javi Varas, otras veces el
desacierto de sus atacantes, y otras el palo evitaron que el Celta se
llevase una merecida derrota por la racanería demostrada en el día de
hoy. Capítulo aparte merece la actuación de Paradas Romero, que propició
la locura del banquillo con una actuación claramente parcial. Paco
Herrera terminó incluso siendo expulsado.
Un punto que no resuelve problemas a corto plazo, aunque puede ser bueno
de cara al futuro. Para Pamplona el Celta cuenta con las bajas de
Krohn-Dehli y Augusto en un partido que será vital para el desenlace de
esta Liga. Puntuar será imprescindible para encarar el futuro con mayor
optimismo.
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