Que la gente compre la camiseta y le ponga tu número, unos 350 manguitos. Que se tatuen tu imagen en la gamba, hombro, espalda, unos 200 manguitos. Pero que se pare a diez minutos del final a corear tu nombre y hacer que tu nombre suene al unísono, llegando al cielo y se rompan las manos aplaudiéndote, no tiene precio. Y a Augusto Fernández ya no le cabe una ovación por rendimiento, sino por idolatría.Porque ese flaco morocho de Pergamino que hace un año era más quejas que aprobaciones y muchos (me incluyo) le veíamos salida inminente, dejó el alma por la camiseta. Aún siendo hincha manifiesta de otros colores. Porque se rompió el culo para tener este nivel y que el 2011 sea SU año. Y lo fue: campeón en el Clausura, semifinalista en la Libertadores y Sudamericana. Top 3 entre los goleadores del año. Y busca más. Porque quedan nueve puntos del Apertura para sumar un nuevo subcampeonato.Ese carrilero que era eje de críticas, es hoy un baluarte. La gente lo aclama, pide y comienza a idolatrar. Esas promesas al llegar que no resultaban más que palabras, ahora son gambetas, goles, asistencias y rendimiento. Augusto llegó a Vélez como un simple miembro de la prole y a fuerza de garra, coraje y juego ganó apoyo para transformarse en el Emperador Augusto VIII de Liniers.
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**Grupo oficial argentina** ** Augusto Fernández et Gonzalo Bergessio ** **Augusto Fernandez** **Fco. Augusto Fernández
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AUGUSTO EN VIGO
30 nov 2011
Augusto VIII de Liniers
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