…y bien lo saben ellos. Si hace un tiempo te decía que estos dos jugadores terminarían siendo figuras indiscutidas en el equipo que conduce el tigre Gareca, seguramente me hubieses tratado de loco y de saber poco de futbol. La realidad nos encuentra ovacionándolos fecha tras fecha por su despliegue dentro de la cancha y, más aún, por su personalidad fuera de ella. Dos jugadores que supieron lucharla día a día y lograron cambiar la pálida imagen de sus comienzos en Vélez por un presente que no parece tener techo.
Uno de estos personajes es el chapa Zapata. Ese volante que llegó al equipo, que por entonces dirigía Ricardo La Volpe, en el 2007, proveniente de River, tras una fugaz temporada en el futbol español. Su rendimiento en los primeros tiempos no terminaba de ensamblarse dentro del equipo y pronto pasó a ser resistido por los hinchas. Sin ir más lejos, fue el propio Gareca quien le pidió que se quede en Vélez, ante la insistencia del Chapa por buscar nuevos aires. Y de la mano de su esfuerzo y sacrificio, sumado a la nueva posición que le encontró el tigre dentro de su esquema (correrlo de volante por izquierda a doble cinco) logró cambiar esos silbidos por ovaciones cada vez que le toca vestir la V azulada.
Podríamos trazar un paralelismo con el otro jugador al que me refiero. Nacido futbolísticamente en River, Augusto Fernández se incorporó al plantel fortinero luego de un paso en falso por el futbol francés, donde jugó 14 partidos y convirtió un solo tanto. El volante llegaba a la institución luego de estar parado mucho tiempo, falto de ritmo, debido a no haber realizado la pretemporada a la par de sus compañeros. Transitó el apertura 2010 con un bajo nivel, más físico y mental que futbolístico. El 2011 marcó su año de despegue, luego de completar la pretemporada entera, poniéndose a punto físicamente y pudiendo así demostrar todo su potencial.
Dos jugadores que a fuerza de trabajo y ganas de progresar cambiaron su primera imagen en el mundo Vélez. Dos jugadores que lograron dejar atrás la indiferencia por este gran presente dentro del club. Dos jugadores que entraron por la puerta de chica y lograron ganarse el respeto y el cariño del hincha fortinero. Dos jugadores de esos que queremos ver siempre vistiendo la V azulada en el pecho, luchando contra las adversidades y dejando la vida en cada pelota, como la historia del club lo exige y como el paladar del hincha lo reclama!
Uno de estos personajes es el chapa Zapata. Ese volante que llegó al equipo, que por entonces dirigía Ricardo La Volpe, en el 2007, proveniente de River, tras una fugaz temporada en el futbol español. Su rendimiento en los primeros tiempos no terminaba de ensamblarse dentro del equipo y pronto pasó a ser resistido por los hinchas. Sin ir más lejos, fue el propio Gareca quien le pidió que se quede en Vélez, ante la insistencia del Chapa por buscar nuevos aires. Y de la mano de su esfuerzo y sacrificio, sumado a la nueva posición que le encontró el tigre dentro de su esquema (correrlo de volante por izquierda a doble cinco) logró cambiar esos silbidos por ovaciones cada vez que le toca vestir la V azulada.
Podríamos trazar un paralelismo con el otro jugador al que me refiero. Nacido futbolísticamente en River, Augusto Fernández se incorporó al plantel fortinero luego de un paso en falso por el futbol francés, donde jugó 14 partidos y convirtió un solo tanto. El volante llegaba a la institución luego de estar parado mucho tiempo, falto de ritmo, debido a no haber realizado la pretemporada a la par de sus compañeros. Transitó el apertura 2010 con un bajo nivel, más físico y mental que futbolístico. El 2011 marcó su año de despegue, luego de completar la pretemporada entera, poniéndose a punto físicamente y pudiendo así demostrar todo su potencial.
Dos jugadores que a fuerza de trabajo y ganas de progresar cambiaron su primera imagen en el mundo Vélez. Dos jugadores que lograron dejar atrás la indiferencia por este gran presente dentro del club. Dos jugadores que entraron por la puerta de chica y lograron ganarse el respeto y el cariño del hincha fortinero. Dos jugadores de esos que queremos ver siempre vistiendo la V azulada en el pecho, luchando contra las adversidades y dejando la vida en cada pelota, como la historia del club lo exige y como el paladar del hincha lo reclama!
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