El volante pergaminense de Vélez Sársfield dialogó ayer con LA OPINION acerca de su buen presente en el equipo de Gareca. También realizó un balance de su reciente paso por la selección y contó cuál fue el momento que lo marcó para el resto de su vida. Se mostró entusiasmado con la posibilidad de regresar a Europa, aunque primero piensa en su familia.
Indudablemente Vélez Sársfield posee al mejor volante derecho del fútbol argentino y ese es Augusto Fernández, el pergaminense que se ganó el respeto entre los “grandes” y cada día que pasa, juega mejor. El mediocampista dialogó ayer con LA OPINION y se refirió a su buen presente en el equipo de Ricardo Gareca así como también en la selección nacional, con la que disputó dos amistosos frente a Brasil.
Gran parte de los jugadores del fútbol argentino quisieran estar en el lugar de Fernández, pero él se ganó este buen presente sobre la base del esfuerzo diario. “Estoy viviendo un momento muy lindo y sorprendente de mi carrera como jugador. El fútbol tiene estos premios, más aun cuando uno logra hacer un buen trabajo en el club en el que juega. Sabía que rindiendo en un buen nivel en Vélez Sársfield podía tener la posibilidad de jugar en la selección y por suerte se me dio. Más allá del resultado general en los dos partidos ante Brasil, me reconforta el hecho de haber dejado una buena imagen, ese era mi objetivo”, señaló “el Negro”.
El viernes, por la primera fecha de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial Brasil 2014, el jugador no fue convocado por el entrenador de Argentina Alejandro Sabella, aunque la no citación tiene una causa. “Esta semana tuvimos que jugar con Vélez Sársfield el partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana en Chile y creo que por ese motivo no fui convocado, ya que tenía posibilidades. Igualmente Alejandro (Sabella) observa mucho a los jugadores del medio local, si el jugador lo convence lo va a citar, aunque el futbolista que juega en Europa siempre tiene más posibilidades”, manifestó.
De igual modo, Fernández habló sobre el partido frente a Brasil y dijo: “Dentro de la gran responsabilidad que demandaban esos dos partidos, personalmente intenté disfrutarlos al máximo, son cosas que no suceden muy a menudo y hasta pueden no volver a repetirse. El haber escuchado el Himno Nacional previo al choque, fue un momento que me marcará para toda mi vida, no me lo voy a olvidar jamás”.
Cuando se lo consultó si era consciente de su buen momento, el volante respondió: “Claro que sí y me esmero día a día para poder superarme, el que se conforma no crece. Siempre trato de ponerme objetivos cortos, en este momento es seguir ratificando el nivel que estoy atravesando. Le doy gracias a Dios por este presente, pero quiero seguir mejorando”. Según su opinión, esta es su mejor “versión” como jugador profesional, aunque afirmó: “Siento que puedo dar más. Desde chico me enseñaron a crecer en todos los aspectos, como jugador y persona. A medida que transcurre el tiempo uno aprende de las experiencias vividas y hoy quiero mantener o seguir mejorando mi nivel”.
Vélez, Europa y la familia
Después de haber cosechado una serie de traspiés en el campeonato local con Vélez Sársfield, el equipo dirigido por Gareca “recuperó la memoria” y empezó a subir en el torneo. “No arrancamos bien el campeonato, quedamos bastante lejos de Boca Juniors, pero nunca nos desesperamos, Vélez Sársfield es un equipo que les transmite tranquilidad a sus jugadores. Eso tiene que ver con la confianza colectiva que recibe el plantel de parte del entrenador, conocemos muy bien el mensaje del cuerpo técnico. Además sabemos que podemos pasar por malos momentos, pero también somos conscientes el que siempre nos vamos a recuperar”, confesó.
La realidad es que este Vélez Sársfield no es el mismo del torneo anterior, debido a las salidas de Maximiliano Moralez y Santiago Silva, dos jugadores fundamentales en el funcionamiento del equipo. No obstante, señaló: “No mostramos el mismo juego vistoso del semestre pasado, pero seguimos siendo un plantel inteligente que se amolda a cualquier esquema. Siempre intentamos respetar la posesión de la pelota y controlar el partido. No tendremos lucidez, pero tratamos de tener mayor oficio”.
Debido al buen nivel alcanzado en nuestro país recibió varias ofertas para emigrar al “viejo continente”. Cuando se lo consultó al respecto, confesó: “Los años en el fútbol me enseñaron a que uno tiene que saber disfrutar el presente. Sé que si continúo por este camino voy a tener muchas oportunidades, volver a Europa sería una revancha para mí porque me siento maduro y me iría muy bien”.Por último, se refirió a su familia, con la que comparte el mayor tiempo del día: “Es el gol más importante, lo futbolístico pasa a un segundo plano, de todas formas una ‘alimenta’ al otro. Si estoy bien en mi casa, rindo mejor en el fútbol, mi mujer y mi hijo son un complemento muy grande para mí. Sé que si me voy a jugar a Alaska ellos me van a apoyar”.
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