Muchos hinchas se preguntaron qué jugador esperaban Zapata y Silva. El uruguayo había clavado un golazo y sorprendido, otra vez, con un festejo inusual. Y entonces llegó la respuesta, con Augusto Fernández trotando hacia el dúo y apagando la velita que el delantero le sostenía. El volante cumplió ayer 25 años y lo celebró con un invitado especial: el Amalfitani. “Me dedicaron el primer gol”, se sonrió el ex River, a quien lo asombraron con un mejor regalo: el gol. “Me lo regalaron...”, dijo el Negro, y algo de eso hubo: Martínez desbordó por la derecha y le sirvió un centro fatal. Augusto, solo, lo empujó para el 2-0.
Fernández fue el único que no se enganchó en el toqueteo de los de arriba, y sólo esa vez pateó al arco de Peratta. Lo amonestaron al minuto del segundo tiempo, además, por una falta a Estigarribia. Augusto será uno de los titulares de Vélez el próximo jueves, cuando el equipo de Gareca visite al Caracas venezolano para clasificarse a los octavos de la Copa. “Es una final”, dijo el volante. Ergo, a salir campeón.
