
Augusto se adaptó rápido a Vélez y ya piensa en jodas para los cumpas. El sueño Selección, River, Ramón...
Ya te dieron la “bienvenida” con una de las típicas joditas ?
-Sí ... son hinchapelotas, ja, ja. Pero a medida que me vaya soltando no creo que haya uno peor que yo. Cuando agarro confianza soy bastante maldito.
-Estuviste en River, uno de los clubes más importantes del país, ¿qué es lo que más te llamó la atención de Vélez?
-River si bien tiene un complejo muy lindo y todo, no llega a ser lo que es esto. La verdad que no creo que otro club de Argentina tenga estas comodidades.
-¿Qué fue lo que más pesó a la hora de elegir volver a la Argentina?
-Tenía posibilidades de clubes importantes pero que están mal económicamente: Mallorca, Zaragoza. Y se viene la Copa América y eso me motiva. Voy escalón por escalón, pero tengo la vista ahí y Vélez es un club bárbaro para eso.
-Ahora volvés a la pasión y a la locura argentina.
-Sí, en Francia no nos iban a ver ni los utileros a las prácticas. Acá todo es distinto. Allá perdía un partido y volvía a mi casa y no podía dormir. Y veía a mis compañeros franceses en el avión e iban todos cagándose de risa, jodiendo. No lo podía entender. Entonces esa presión de la gente que hay acá de ganar o ganar está buena, pero tiene un límite. El argentino quiere ganar siempre. Si no es campeón, fracasa o se siente fracasado. Es una virtud pero no hay que pasarse del límite.
-¿Acá no vas a tener las presiones de River?
-A mí me encantó River. Yo soy hincha y desde los 11 años que estaba en el club. Con esa camiseta crecí y en Inferiores yo jugaba y tenía que ganar siempre, entonces uno se acostumbra a jugar con esa presión y esa responsabilidad.
-¿Te duele verlo así?
-Me duele mucho. Es mi casa, pasé 13 años ahí y es lógico que me duela.
-¿Hablaste con Ramón Díaz después de que no se dio tu pase y él hasta amago con irse?
-No, no pude. Me gustaría hacerlo para aclarar la situación. Yo no le debo nada a nadie, no me comprometí con nadie. A mí la gente de Vélez me vino con una propuesta muy firme, de comprarme todo el pase y de hacerme un contrato por tres años. Distinto fue la gente de San Lorenzo, porque ellos se demoraron: quedaron en llamar a mi representante y pasaron tres días y no lo llamaron, ofrecieron comprarme el 50% y un contrato para mí muchísimo más chico. Ramón para mí es palabra mayor pero me tiene que entender como jugador.
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