

En el marco de un torneo muy raro para él, ya que empezó en buen nivel, como titular. Hasta su lesión de la octava fecha ante Racing, una recuperación larga, inacabable, y luego, una reaparición con buen ritmo, como para ilusionarse.
Hoy tuvo en sus pies la jugada del campeonato, cuando arrancó a toda velocidad por el sector derecho, aceleró más tarde a pura gambeta, dejando atrás a tres rivales, y cuando tuvo que decidir, le pifió: pateó al arco desde un ángulo muy cerrado y la pelota dio contra la red externa de la valla defendida por Ibáñez. Por el centro había tres compañeros pero Augusto prefirió la individual. Una lástima.
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