27 jul 2008

"Tengo que decidir con la cabeza y no con el corazón"



El volante palpita su adiós con nostalgia. "Me quedaría a vivir acá, pero la carrera es corta y en la vida hay momentos", avisa. Lazio lo espera.





No hay despedida más incómoda que la que se prolonga, se estira, se llena de adioses sin punto final, porque la nostalgia se apodera de la situación. Augusto Fernández sabe que se irá, ya desde que hace seis meses le pidió a Pablo Sabbag, su representante, "que frenara todo porque quería quedarme para ganar algo". Y ahora, la espera lo incomoda. Pasó la emotiva vuelta olímpica, el abrazo del Negro con su familia en pleno césped del Monumental, y ahora pasan los días llenos de intriga, mientras el futbolista espera obtener la ciudadanía italiana que tramita en el Consulado de Rosario para poder concretar su llegada a Lazio. "Depende mucho de si me sale el pasaporte comunitario, pero mi representante también está manejando otras opciones", blanquea. El libro de pases en Italia cierra el 31 de agosto, por lo que la cuenta regresiva resultará laaarga. De todas maneras, los hinchas de River deben tener bien masticado el asunto: en caso de arribar a Europa como extracomunitario, el club que le servirá al Negro como una sala de espera antes de dar el salto al Calcio sería el Panathinaikos griego.

-¿Cómo la llevás?

-Tranquilo... Más o menos... Duermo bien, pero no te voy a mentir: tengo ansiedad por saber qué será de mi futuro. Si me tengo que ir, me iré. Es difícil. Mi cabeza me pide que me vaya y mi corazón, que me quede.

-¿Y cuál va a decidir?

-Si tuviera que decidir con el corazón, me quedaría a vivir en River. Pero no es por quedar bien: hace 11 años que llegué, viví en la pensión, pasé por muchos momentos buenos y también malos. Es difícil explicarle a cada hincha todo lo que uno vivió. Pero sabemos que la carrera del futbolista es corta. Y te soy sincero: en este momento tengo que decidir con la cabeza... Que hayamos salidos campeones me da una tranquilidad muy grande.

-Al ganar el Apertura casi que te despediste. ¿Creés que ya estás afuera?

-No, no... Hay que vivir el presente, y hoy tengo los pies en River.

-La intriga es inevitable.

-Y, sí. Se dicen tantas cosas que es difícil. Ojalá que salga mi ciudadanía y que, si me tengo que ir, sea a un club como Lazio para tener de compañero a Juan Pablo (Carrizo).

-Volvió Barrado y llegó Robert Flores: son síntomas de que todos te imaginan más afuera que adentro de River...

-No sé. Cuando subí a Primera, tenía cuatro jugadores en mi puesto. Y al llegar a Cuarta, había otros cuatro arriba mío en Reserva. En River siempre hay que pelearla. Eso es lo lindo. Por eso irse cuesta tanto...

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